jueves, 24 de noviembre de 2011

AGENCIA DE ACOMPAÑANTES - 26


-Si me das un voto de confianza -dijo Sandra no bien estuvieron a solas- preparo la cena.
-¡Adelante! Después yo lavo los platos -aceptó Romi.- Y ahora, me retiro al comedor a charlar con Mike.
-Por lo que yo entiendo de inglés, bien podés hacerlo aquí -bromeó su amiga mientras Romina salía.
Condimentó unas pechugas de pollo y las puso al horno con cebollas, papas y pimientos. Después dejó preparada una ensalada de lechuga y tomate y pasó al comedor adonde Romi todavía hablaba con su pretendiente. Preparó la mesa y encendió el reproductor de CD. La música melódica le disparó el recuerdo de Luciano. Mañana a la noche cenarán juntos y después compartirán cuatro días. Si pudiera ser tan espontánea como Romi... Lo conoció a Michael, le gustó y no se hizo ningún cuestionamiento. ¿Adónde iré a parar yo como soy? Que porque es el hermano de mi amiga, que porque tengo miedo a una desilusión, que…
-¡Listo! -dijo Romina.- Ya arreglé con Mike para que pase a buscarme mañana por la mañana. Y ahora, la novedad de la que ayer te mofabas: me pidió que me fuera con él a Nueva York.
Sandra estudió el rostro satisfecho de Romi antes de declarar:
-No me extraña, se lo nota enamorado. Pero vos, ¿qué querés?
-Que se quede aquí. Le dije que aún no estoy preparada para alejarme de mi familia y espero que con el tiempo Mike piense seriamente en instalarse en nuestro país. Yo lo amo, Sandra, pero la idea de alejarme de mis raíces me aterra. Él pareció entenderlo, así que veremos cómo opera la distancia en nuestra relación.
-Es una decisión valiente, amiga, pero si realmente se quieren no debería afectarlos como pareja.
-Yo pienso lo mismo y estoy dispuesta a correr el riesgo. Peor sería que tuviera que volverme si el sostén de nuestro vínculo sólo está en la relación física -se acercó a Sandra y la tomó de las manos:- Sos la única que conoce esta oferta y me alegra coincidir con tu opinión. Por ahora, como no va a haber cambios, no lo voy a compartir con nadie más.
-Lloraría a moco tendido si te vas tan lejos pero si tu realización amorosa está en Nueva York, trataría de visitarte lo más seguido posible -dijo Sandra abrazándola.
Las muchachas se separaron en medio de risas y terminaron de acomodar la mesa. Romina encargó helado como postre mientras su amiga sacaba la comida del horno y condimentaba las verduras. A las diez y media daban cuenta de la cena y a las once y media se prepararon para acostarse. La anfitriona se sentó en la cama de su invitada para intercambiar los últimos comentarios de la noche:
-Mañana me tengo que ir a las ocho y media -le aclaró.- Si Mike viene más tarde te dejo un duplicado de las llaves.
-No hará falta. También él me pasa a buscar a esa hora. -Con acento entusiasmado:- ¡Creo que nos esperan cuatro días fantásticos! Mamá fue una vez a conocer la estancia y volvió maravillada. Dijo que la casona es enorme, antigua y bien conservada. Está en el centro de un predio rodeado de árboles, en contacto con la cuña boscosa santafesina. Una gran parte del campo está destinado a la explotación agrícola y otra al pastoreo de ganado. Tiene un corral con caballos y una especial predilección por su monte de frutales.
-¿El que diseñó Lucho? -se le escapó a Sandra.
-Ah… ¿Te contó esa parte de su vida? -preguntó Romi interesada.
-A decir verdad, hace varios días me invitó a conocerlo este fin de semana. Claro que parece que no sabía lo del cumpleaños.
-¡Ajá! Y se lo tenían bien guardado… -rió su amiga.
-¡No seas tonta! Yo ni siquiera le había dicho que sí -dijo Sandra molesta.
-No te enojes conmigo, por favor… -dramatizó Romina.- Este es uno de los trabajos que más enorgullece a mi hermano y a pesar de ello nunca logré que me lo mostrara. Viniendo de él, consideralo como una galantería.
-¡Qué palabra más anticuada! -exclamó Sandra aflojando la risa.- ¿La reflotaste con Mike?
-Es un hermoso vocablo -dijo Romina con petulancia.- Y habla de atenciones e intenciones de hombres bien inspirados. -Miró a su amiga con cariño:- A nosotras nos faltaba esa experiencia y creeme, cuando la vivas te vas a acordar de mis palabras.
-¿Nunca te galanteó un hombre?
-Hasta que me llevó a la cama. Pero con Michael el galanteo es permanente: cuando me ve, cuando se despide, antes y después de hacer el amor. Te juro que te levanta la autoestima hasta el infinito y despierta tus más ignorados apetitos sensuales.
-¡Guau! En cualquier momento te lo arrebato… -declaró Sandra con gesto provocativo.
-¡Probá con el tuyo, desfachatada! -replicó Romi con una carcajada. Y para que su amiga no hiciera deducciones suspicaces, continuó proyectando el imaginario fin de semana:- Podremos cabalgar, comer asado con cuero, ver una doma de potros y reunirnos de noche alrededor del fogón para tocar la guitarra y contar cuentos de aparecidos.
-Sos una trastornada. Lo más probable es que llueva todo el fin de semana y tengamos que encerrarnos entre cuatro paredes -dijo Sandra con voz lúgubre.
-¡Eso es lo que me gusta de vos! Tu insuperable optimismo - palmoteó Romina.- En tal caso Mike y yo no tendremos más alternativa que encerrarnos para hacer el amor. Y vos, ¿cómo te vas a distraer? ¿Jugando a las cartas?
La dueña de casa, estimulada por la maliciosa sonrisa de su amiga, le contestó con desparpajo:
-Ya me las ingeniaré. Seguro que no faltará un gaucho salvaje para que me entretenga. -Miró la hora y se levantó de un salto.- ¡Me voy a dormir! Mañana tengo un alumno a quien fastidia la impuntualidad -le dio un beso a Romina y se fue a su dormitorio. Desde el pasillo escuchó las socarronas palabras de su amiga:
-¿Así que un gaucho salvaje…? ¡Jajaja!

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